El que nunca hace nada

Creo que jamás veremos en la historia del fútbol, del deporte, DE LA HUMANIDAD si me apuráis una persona con tanta suerte como la que está teniendo Cristiano Ronaldo este 2016... o, al menos, tan inmerecida. Porque bien es cierto que el fútbol le debía una Eurocopa a Portugal (aún tiemblo recordando al campeón de 2004) pero también le debía una Champions (como mínimo) al Atlético o una alegría a Griezmann tras el pedazo de año que ha hecho y la crueldad de su penalty de la final de Milán. Pero no. Incluso con un guión retorcidamente shakespeariano y repitiendo la desgracia del Atleti en 2014 (Diego Costa lesionado en el minuto 9 y Arda poco después), al final la jugada le volvió a salir bien al luso y acabó ganando un gran torneo, otro más, sin apenas haber jugado la final y sin apenas haber destacado durante su desarrollo (incluso a nivel de equipo: tres empates en la fase de grupos y pasando como terceros, cágate lorito) pero, sin embargo, llevándose al final todos los titulares... y el Balón de Oro, eso dadlo por seguro. Antes de la final de la Champions dije que al Madrid este año se le había acabado la suerte. Ahora lo que quiero que se les acabe es este año.

De Cristiano se pueden admirar muchas cosas: su competitividad, su talento, su entrega, su bronceado. Pero una cosa es irrefutable: pese a todas sus cualidades, al final de lo que más ha dependido este año es de la suerte, y no hay nada que provoque más rabia que ver siendo favorecido por la fortuna a alguien que no lo necesita. Imaginad el gordo de la lotería cayendo en Serrano en vez de en Entrevías o imaginad que, en vez de tocarle el premio a una persona humilde, le tocase año tras año a Carlos Fabra (uy, espera...). Lo dijo Harvey Dent: la suerte es la única justicia pura que existe porque se reparte de manera totalmente aleatoria. Estoy de acuerdo con la segunda parte.

PD 1: Sí, soy un resentido de mierda, y qué.

PD 2: Vaya, que resulta que mi señora y yo salimos en Los Minions y nadie nos había dicho nada.